La Sabina Albar - Reserva Natural Sabinar de Calatañazor

La sabina albar, conocida popularmente por los sorianos como enebro, es un árbol resinoso siempre verde, que generalmente apenas alcanza la talla de arbolillo. El tamaño excepcional de los ejemplares existentes en el espacio natural se debe a dos motivos: por un lado el uso respetuoso del territorio por el hombre, mediante su uso como dehesa ganadera, favoreciéndola fertilización del terreno; por otra parte, la ubicación del sabinar a pie de la ladera, en el fondo del valle, sobre suelos más profundos que en la paramera. Además, hay que señalar que se trata de uno de los pocos montes de utilidad pública declarados desde antiguo como arbolado de sabina.

Entre las características de la especie, destaca su tronco, grueso, muy cónico en los ejemplares viejos y cilíndrico cuando está en espesura. La corteza es pardo grisácea, de poco grosor y se desprende en tiras delgadas. Tiene hojas pequeñas, de tipo cupresoideas, muy imbricadas entre sí. Florece en primavera y los frutos maduran en otoño o invierno del año siguiente. Estos frutos son de color verde claro antes de madurar y pardo-azulados, en la madurez.

Por su importancia y singularidad, este bosque de sabinas, especie considerada como reliquia del Terciario, fue declarado Reserva Natural. Su finalidad es contribuir a la conservación y mejora de esta comunidad vegetal, en armonía con los usos, derechos y aprovechamientos tradicionales y con la realización de actividades educativas, científicas y culturales compatibles con la protección del espacio.

La Sabina Albar (Juniperus thurifera) es una especie de árbol perteneciente a la familia Cupressaceae. Es nativo del sur de Europa, principalmente de la península ibérica y norte de África. Se caracteriza por ser una conífera de tamaño mediano a grande, con una altura que puede alcanzar hasta los 20 metros.

La Sabina Albar tiene una forma piramidal y su corteza es de color marrón grisáceo y muy resquebrajada, lo que le brinda una apariencia rústica. Sus hojas son de forma acicular y dispuestas en grupos de tres, con un color verde brillante en la cara superior y una franja blanca en la cara inferior. Es una planta adaptada a condiciones de aridez y sequía, por lo que se encuentra comúnmente en suelos pedregosos y lugares de clima seco y soleado.

Además de su importancia en el ecosistema como hábitat y refugio para diversas especies de fauna, la Sabina Albar también ha sido históricamente valorada por el ser humano. Su madera es apreciada para la fabricación de muebles y objetos tallados, y sus frutos, llamados "sabinas", son utilizados en la producción de ginebra.

Sin embargo, a pesar de su resistencia natural, la Sabina Albar enfrenta amenazas debido a la degradación del hábitat y al pastoreo excesivo que limita su regeneración. Como resultado, se ha convertido en una especie protegida en algunas regiones para preservar su presencia y contribución a la biodiversidad de los ecosistemas mediterráneos.

 

La Reserva Natural Sabinar de Calatañazor se encuentra en la provincia de Soria, en la comunidad autónoma de Castilla y León, España. Es un espacio protegido que destaca por albergar uno de los bosques más singulares de sabina albar (Juniperus thurifera) en la península ibérica.

El Sabinar de Calatañazor es un bosque de sabinas albares centenarias y retorcidas que se extiende sobre una superficie aproximada de 27 hectáreas. Estas sabinas, también conocidas como "sabinas de la miera", han adquirido formas retorcidas y fantásticas debido a las condiciones climáticas extremas y la acción del viento que ha moldeado su crecimiento a lo largo de los siglos.

Este entorno natural es de gran valor ecológico y paisajístico, ya que alberga una biodiversidad única adaptada a las condiciones de aridez y altitud características de la meseta española. En la reserva, es posible encontrar especies de fauna y flora adaptadas a este ecosistema, como aves rapaces, zorros, jabalíes, conejos y una variada vegetación que incluye matorrales y pastizales.

La conservación de este sabinar es fundamental para la protección de la sabina albar y su hábitat, ya que es una especie amenazada debido a la degradación del territorio y la actividad humana. Para preservar su belleza y riqueza natural, el acceso al Sabinar de Calatañazor está regulado, y se realizan acciones de educación ambiental y vigilancia para evitar posibles daños al entorno.

El Sabinar de Calatañazor es un lugar ideal para realizar actividades de senderismo y observación de la naturaleza, donde los visitantes pueden sumergirse en un paisaje único y disfrutar de la magia y el encanto de estas singulares sabinas que han sido testigos de la historia y la evolución del entorno durante siglos.

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