Ibiza: Patrimonio de la Humanidad desde 1999

Ibiza, Patrimonio de la Humanidad; El comité de la UNESCO la declaró el 4 de diciembre de 1999. Reconociendo el valor histórico, cultural y arquitectónico de la fortaleza costera mejor conservada del Mediterráneo.

Dalt Vila, testigo de culturas milenarias. Los rincones llenos de historia del barrio histórico de la capital te invitan a un recorrido por las diferentes civilizaciones que han dejado su huella en la isla: fenicios -que fundaron la ciudad en el 654 aC-, cartagineses, romanos, árabes ... hasta llegar a la conquista catalana y cristiana de las Pitiusas el año 1235. Desde la atalaya de la historia pasea por sus callejuelas, sus plazas y sus miradores, visita espacios culturales y museos –el centro de interpretación Madina Yabisa, el museo diocesano, el convento de los Dominicos, el Museo Puget, el MACE, es Poivoti, el baluarte de Sant Pere-, duerme en los hoteles llenos de encanto y ubicados dentro de la protección de las murallas renacentistas, íntegramente conservadas.

 

Necrópolis feniciopúnica de Puig des Molins. Es Puig des Molins fue el cementerio de la ciudad durante toda la antigüedad. El topónimo procede de la existencia en su cima de molinos de viento centenarios. Todavía se conservan algunos y han sido declarados BIC. La necrópolis fue establecida por los fenicios a finales del VII aC, y como era habitual en su cultura, el espacio dedicado a los vivos está muy próximo al dedicado a los muertos. En el caso de Eivissa ocupan dos colinas muy cercanas. Fenicios, púnicos y romanos enterraron aquí los muertos acompañados de sus ajuares. Se han conservado más de 3.000 tumbas, de las cuales 340 son visibles desde el exterior. Algunas de ellas son visitables e invitan a un paseo arqueológico completado por un interesantísimo museo que explica y muestra los tesoros de esta ciudad de los muertos a la vez que ofrecen la posibilidad de un paseo por la Ibiza milenaria a unos pasos de la ciudad amurallada.

 

Las praderas de posidonia, el bosque del Mediterráneo. Las praderas de posidonia -planta endémica y pulmón del Mediterráneo forman parte de uno de los ecosistemas más importantes y representativos de un mar que ha sido desde antiguo cuna de civilizaciones. La belleza y transparencia de las aguas pitiusas tiene su origen en la presencia de la posidonia oceánica. Esta planta acuática ha sido además pilar básico en la creación de recursos tan importantes como la pesca. La industria turística le debe buena parte de su potencial por la íntima interrelación que existe entre su presencia y la formación, consolidación y crecimiento de las playas y la pureza de las aguas. Protegiendo y cuidando este patrimonio mundial estamos garantizando el futuro del mar como fuente de biodiversidad, riqueza y la belleza de un paisaje marino único y excepcional.

Poblado fenicio de sa Caleta. Aqui empieza la historia. Sa Caleta es el nombre de un puerto y una pequeña cala con casetas varadero, refugio tradicional de pequeñas embarcaciones de pesca y de gran valor etnológico que forman ya parte del paisaje costero de la isla. En una península de esta parte de la costa sur de Ibiza se establecieron los fenicios hacia el VIII aC y fundaron primero una base provisional desde donde realizaron incursiones al interior e intercambios comerciales con otros puertos, base que con el tiempo se convertiría en un establecimiento humano. El poblado fue abandonado pacíficamente hacia el VI aC. Los fenicios introdujeron en la isla conceptos como el urbanismo, la cerámica a torno, la metalurgia del hierro, la escritura, etc. Este poblado, recientemente restaurado y puesto en valor, es actualmente propiedad pública y una magnífica oportunidad para conocer la huella fenicia en Ibiza y el Mediterráneo. Con el establecimiento de sa Caleta, las Pitiusas entraron en la historia.

 

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